En Gaza, los niños lloran por la pérdida de sus familias, gritan de desesperación ante la falta de comida, caminan entre los escombros de sus casas destruidas. Según datos recientes del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), 64 000 niñas y niños palestinos –entre ellos al menos mil bebés– han muerto o han sufrido mutilaciones a causa de los ataques de Israel contra la Franja de Gaza durante los dos años de guerra. Pese el alto el fuego, los persistentes bombardeos israelíes y el hambre imperante continúan truncado la vida de infantes palestinos.☞ Cuando llegué a trabajar a La Jornada hace poco más de un año, una de la tareas que me encomendaron fue realizar una selección de las imágenes que las agencias internacionales suben diariamente. De las más de cinco mil fotografías que reviso, una parte significativa documenta la guerra. Recuerdo la impresión profunda que me causó ver un padre con sus dos hijos muertos en los brazos, envueltos en sábanas blancas anudadas en ambos extremos, como si se tratara de dos bultos. Desde aquel momento, esa escena de dolor se ha vuelto recurrente: madres, padres y hermanos llorando desesperadamente por los sueños truncados que apenas comenzaban.☞ El retrato de Mahmoud Ajjour, un niño palestino de nueve años que perdió ambos brazos en un bombardeo israelí en marzo de 2024, se ha convertido en una imagen poderosa sobre las devastadoras consecuencias de la guerra. La fotografía, que documenta la recuperación del menor, fue capturada por Samar Abu Elouf, fotoperiodista autodidacta de Gaza, quien desde 2010 ha retratado los profundos efectos del conflicto en su tierra para diversos medios internacionales, como Reuters y The New York Times. Esta impactante instantánea le valió a Abu Elouf el prestigioso World Press Photo 2025, organización que informó que actualmente Mahmoud Ajjour se encuentra en Catar con su familia, donde recibe tratamiento y desarrolla la habilidad de usar sus pies para realizar actividades cotidianas como jugar en su teléfono, escribir y abrir puertas.☞ El 4 de junio de 2025, la Fundación Humanitaria de Gaza anunció el cierre temporal de sus centros de ayuda tras una serie de incidentes mortales ocurridos cerca de las instalaciones de distribución de alimentos. La desesperación ante la escasez se hizo palpable el jueves 19 de junio, cuando se difundió el video de un menor comiendo arena y clamando: “No tenemos alimento, comemos arena en lugar de pan”. La hambruna ha cobrado la vida de al menos 151 niños, según el Ministerio de Salud de Gaza. Las imágenes de desesperación por la comida pronto circularon en los medios de comunicación: niñas y niños arremolinándose y peleando por un poco de arroz o sopa en los escasos puntos de ayuda en la Franja de Gaza. El fotoperiodista Eyad al-Baba, en contraste, decidió retratar a los niños palestinos posando con dignidad mientras esperaban en un centro de distribución de comida caliente en Nuseirat. Algunos aparecen mostrando su recipiente vacío, mientras otros colocan su olla sobre la cabeza en un gesto juguetón. Eyad al-Baba es un experimentado fotoreportero independiente, que vende sus imágenes a agencias de noticias extranjeras. En 2011 decía que “los medios independientes deberían ser reconocidos en zonas conflictivas como Palestina por una organización que los proteja”, pues “es un trabajo peligroso, arriesgas la vida, pero cuando estás en crisis, nadie te respalda”.☞ La fotoperiodista palestina Fatma Hassuna retrató la vida cotidiana en la Franja de Gaza desde el inicio de los bombardeos israelíes. Su trabajo fue de incalculable valor porque documentó la destrucción cuando el ejército israelí prohibió el paso a la prensa extranjera e inspiró el documental Pon tu alma en tu mano y camina (Sepideh Farsi, 2025), que fue proyectado en el Festival de Cannes un día antes de su asesinato. Fatma Hassuna, de tan sólo 26 años, fue asesinada el pasado 16 de abril en su hogar junto a 10 miembros de su familia, víctimas de un misil teledirigido por Israel. Este trágico suceso la convirtió en la periodista número 157 víctima del conflicto, según la Federación Internacional de Periodistas. Mientras el ejército israelí alegó que el ataque apuntaba a un miembro de Hamás, organizaciones como Reporteros Sin Fronteras denuncian que sus fotografías la habían convertido en un blanco militar de Israel. En su cuenta de Instagram, donde solía compartir sus imágenes, publicó a principios de agosto de 2024 una foto de un grupo de niños sonriendo con la ciudad destruida como fondo. En esa publicación escribió: “Todos los niños de aquí piensan en lo que quieren ser cuando crezcan, yo no. Miro sus fotos y pienso: ¿vivirán o se los llevará la guerra?”.☞ Dos años de guerra cruel han destrozado la infancia en Gaza, al grado que organismos internacionales hablan de una generación perdida. Pese a la circulación de las imágenes, como diría Susan Sontag en su libro Ante el dolor de los demás, no logramos comprender lo espantosa y aterradora que es la guerra. Y sin embargo, ante los ojos del mundo, se efectúa el mayor infanticidio de la historia. ☞ Hasta aquí el fichero de esta edición; nos leemos en el próximo número de La Bola, la revista de divulgación.
Imagen de portada: Un niño palestino fue llevado al hospital Al Naser, sacado de entre los escombros. En el hospital, su tía lo reconoció y comenzó a gritar su nombre. “¡Este es Diya’a, este es Diya’a…!”. Cuando llegaron sus hermanos, madre y padre, su dolor fue inolvidable. Había salido de su casa para buscar algo de leña para calentarse cuando fue asesinado en un ataque aéreo. Foto y descripción: Belal Khaled. Imagen tomada de: https://unric.org/es/belal-khaled/.





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